Endesa acaba de presentar
resultados récord de su historia con un incremento del beneficio de más del 150% (gracias en parte a las plusvalía por la venta deAuna), y un nada despreciable aumento del 33% del resultado operativo bruto (EBITDA), sin embargo no es oro todo lo que reluce en la eléctrica.La estrategia de defensa (7.000 millones de euros en dividendo) frente a la OPA hostil de Gas Natural, supone, a mi parecer, una importante destrucción de valor para el accionista. Como ya hemos comentado en alguna otra ocasión en este blog, los costes derivados de las centrales térmicas de carbón son, o mejor dicho, pueden llegar a ser sustancialmente más elevados, en el momento en el que las compañías deban acudir al mercado a adquirir sus derechos de emisión de CO2, ya que más que se han triplicado desde que empezaron a cotizar a mediados de 2005 y los que se están utilizando en la actualidad les fueron concedidos gratuitamente por el gobierno.
La generación a partir de centrales térmicas supone el 50% (aprox.) de la producción peninsular de la compañía. Por tanto considero que los 7.000 millones que Endesa ha prometido como dividendo a sus accionistas, destruyen valor, ya que estos fondos si podrían utilizarse en actividades más rentables, como es la inversión en nuevas centrales eléctricas, ya sean renovables o de ciclo combinado que permitan a la empresa cumplir a largo plazo con el protocolo de Kioto y aumentar su capacidad de generación. Sin entrar en valoraciones políticas (nada más lejos de mi intención) creo que pagar 7.000 millones por un sillón de presidente es un precio excesivamente elevado.
Aviso para navegantes, los resultados del primer trimestre de 2006 también serán buenos ya que la venta del último 5% que la compañía poseía en Auna se impuntará a este ejercicio.